La autora española compartió con bachilleres de Prepas UDG su pasión por la literatura
Con gran entusiasmo y en un auditorio Juan Rulfo a rebosar, la escritora y filóloga española, Irene Vallejo, transmitió su gusto por la lectura a los asistentes del encuentro Mil Jóvenes con… en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL 2022).
Manifestó que ante la fortuna de tener padres lectores que se encargaron de colocar libros en sus manos y satisfacer aquellas necesidades intelectuales, la autora de El infinito en un junco (2019), manifestó que encontró a muy temprana edad el deleite por la escritura.
“Desde muy niña, ya quería ser escritora, incluso antes de saber que existía esa profesión, pensaba que lo más maravilloso que podía existir era dedicarse todos los días a imaginar mundos; cuando yo leía los libros no quería ser la protagonista del libro, quería ser la escritora”, dijo.
No obstante, Irene reconoció que el costo de ser diferente o “rara” fue convertirse en víctima de ataques, humillaciones y agresiones físicas, que la hicieron dudar por instantes acerca del camino que deseaba recorrer: “intenté cumplir con las expectativas y tener un trabajo normal, pero la literatura tiraba de mi intensísimamente”.
Compartió con los estudiantes cómo la escritura logró darle el sentimiento de ser comprendida, mientras que al leer generó empatía con los autores, pues comprendía lo que había detrás de los textos y que estos eran más que sólo eso, lo que le permitió romper con el silencio.
“Me di cuenta de que esas cosas que nos dicen que no tenemos que hablar, son precisamente las que hay que contar, y las que necesitas contarles a esas personas que pueden estar pasando por una experiencia parecida”, declaró.
Durante la conversación con los jóvenes, haciendo un ejercicio de reflexión y en concordancia con el contexto social que enfrentamos en nuestra contemporaneidad, surgió la pregunta en el público de cuál es el peligro que ven los políticos en el libro
Vallejo expresó que los libros son objetos poderosos, y ese poder es el motivo por el que los amamos tanto y por el que también se les odia tanto. “Son vehículos muy poderosos de conocimiento, de placer y de creación de comunidades; mediante los relatos se puede desmentir a quien trata de engañarnos, de armar rebeliones, y eso para los políticos es peligroso porque va en contra de la docilidad”, agregó.
Una de las alumnas asistentes por parte de la Preparatoria 5, indagó acerca de si las dificultades sociales que vivió la llevó a tener inseguridades al momento de publicar, a lo que Irene contestó que sí, incluso de manera general y no solamente en la escritura, pero durante los últimos años se ha dedicado a desaprender las secuelas que el acoso le dejó.
“Hemos encontrado en los libros, ese refugio, esa balsa salvavidas, ese lugar seguro, y de eso hablaba El infinito en un junco también, de como no tenemos que temer a los libros sino todo lo contrario, saber que siempre tiene los brazos y las páginas abiertas para nosotros”.
Irene Vallejo finalizó alentando a los jóvenes a luchar para alcanzar sus sueños, sin miedo de ser genuinos: “Buena suerte, porque a veces, suceden cosas tan increíbles como las que me han sucedido a mi”.