Cuando hacemos una conexión literaria llegamos al otro; Cristina Rivera Garza

La escritora mexicana charló con estudiantes de la Escuela Politécnica “Ing. Jorge Matute Remus” en el marco del programa Ecos de la FIL

Para Cristina Rivera Garza el efecto real que tienen los libros en la transformación de la sociedad es algo paulatino. Afirma que hay textos tan importantes que hacen que el lector pueda ver, automáticamente, la realidad en ángulos distintos. “Esos libros cumplen con el cometido”, dice y sentencia que el mensaje que tiene la literatura al buscar cambiar la realidad social se trata de sumar acciones pequeñas que hacen “imaginarnos de formas distintas”.

La autora mexicana que ha sido reconocida por títulos como Nadie me verá llorar (1999) o El invencible verano de Liliana (2021) visitó la Escuela Politécnica “Ing. Jorge Matute Remus”, de la Universidad de Guadalajara (UdeG) como parte del programa de Ecos de la FIL, en el que diversos escritores acuden a Prepas UDG, durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) para dialogar sobre su obra o la realidad social de México y el mundo.

Cristina Rivera se encontró con un público activo que la llenó de preguntas y abrió la posibilidad de un diálogo, algo que ella calificó como el resultado que deja la literatura: el abrir la conversación, ya que “alrededor de los libros se forman grupos” que abonan a la discusión con las ideas que surgen de la lectura: “cuando hacemos una conexión literaria llegamos al otro”.

“Si algo nos enseñan los libros es que el mundo puede ser distinto”, expuso y rememoró los tiempos en los que se acercaba inicialmente a la literatura: “Yo veía las cosas que estaban bien y aquellas que podrían ser de otra forma y eso me llevaba a desarrollar ideas en cuentos o poemas”.

Acerca de su libro Nadie me verá llorar aseguró que está inspirado en el manicomio la Castañeda, un centro psiquiátrico que se fundó en 1910 y del que lo abordó debido a una revisión en el archivo histórico, donde encontró los registros de una mujer que estaba internada porque se le reconocía como enferma de algo que se le calificó como locura moral, ya que hablaba mucho e inventaba palabras.

“Ella, que en la fotografía que se tenía en el resguardo me parece que fue una mujer hermosa y astuta, inspiró a mi personaje Matilda Burgos. Trabajar este relato me llevó a investigar cómo era la vida en torno a la Ciudad de México en los inicios del siglo XX. Esa historia aprendida me hizo crear una historia con la trama de un fotógrafo enamorado de Matilda, en ese ecosistema urbano que se enfrentaba a los cambios de una revolución y la modernidad”.

También ahondó en otro libro suyo titulado Dolerse: textos desde un país herido (2011), del que dijo que son trabajos realizados para una columna que se llamaba Mano oblicua: “escribir es ponerse un poco en estado de vulnerabilidad, independientemente de los problemas que tocamos, siempre nos basamos en la realidad. Estos textos critican al calderonismo, pues fueron escritos en los inicios de la Guerra contra el narco, pero también al sistema de extracción y explotación”.

Rivera Garza instó a las y los asistentes a sumarse a la discusión que genera la literatura, a aprovechar ecosistemas culturales como el que dispone la FIL, ya que son entornos que abonan a que las realidades se transformen: “un libro mío, El invencible verano de Liliana, es un texto que me ha regalado mucho y que me costó mucho, porque ahí abordo el feminicidio de mi hermana. De hecho es un libro que también ha inspirado y que hoy se presentará de manera colectiva con una marcha aquí en Guadalajara que saldrá de la Normal y hacia «La Antimonumenta», en la Plaza de Armas, ¡Están invitados!”, sentenció.

 
  • Boletín Informativo No. 422
    Víctor Rivera
    Martes 29 de Noviembre de 2022
    Zapopan, Jalisco
    Fotografía: Jonatan Orozco